CAPÍTULO 2 - METABOLISMO CELULAR

La célula está delimitada por una membrana envolvente y permeable. A través de la misma se efectúan los intercambios materiales del protoplasma por medio de la ósmosis.
El medio que rodea la célula es ligeramente alcalino, mientras que el protoplasma es francamente ácido donde se llevan a cabo reacciones exotérmicas.
El protoplasma tiene un órgano especial donde las mitocondrias por un proceso muy elaborado efectúan los procesos metabólicos dirigidos por el núcleo, donde se establecen las normas metabólicas y genéticas de cada individuo por medio del ADN o acido desoxirribonucleico.
Por el ADN se transmiten las características de la especie además de las que son únicas para cada individuo.
Todas las células del mismo organismo tiene exactamente las mismas características básicas incluyendo las metabólicas.
Vamos a estudiar el metabolismo humano de acuerdo a los tipos de alimentos que se dividen en: hidrocarbonados (glúcidos y lípidos) compuestos por hidrogeno, oxigeno y carbono. Los prótidos que contienen además nitrógeno.
Carbohidratos:
Entre los alimentos ternarios son los carbohidratos e incluyen los glúcidos y lípidos que son de fácil digestión y asimilación. Su defecto de utilización conduce a la diabetes, que es la acumulación de los glúcidos en el torrente sanguíneo forzando su eliminación por los riñones al aumentar el nivel de la glicemia.
En otros casos, los glúcidos son convertidos en grasas dando origen a la obesidad.
Consideramos que la obesidad no es debida a la ingestión de grasas, ya que si son consumidas en exceso, el tubo digestivo las rechaza por una diarrea.
Creemos por tanto que obesidad se corrige al disminuir la ingestión de azucares y almidones.
Proteínas:
Con los alimentos cuaternarios o proteínas, que se componen especialmente de aminoácidos, y desde luego por el respectivo ADN, que está siempre presente en todos los alimentos de origen animal o vegetal.
Todos sabemos que los alimentos están constituidos por mezclas de ternarios y cuaternarios. La carne tiene además de proteínas lípidos y glúcidos. El arroz tiene carbohidratos y proteínas (denominada gluten). Hasta la lechuga tiene lípidos en su estructura. El aguacate a pesar de su enorme cantidad de lípidos, también contiene proteínas y carbohidratos. No se debe pensar que las frutas son “saquitos de vitaminas” como se nos hace creer, también contienen azucares, almidones, minerales, fibras, ADN. Podemos ver muchas otras variedades de este tipo al comparar la patilla con la caña de azúcar, el cafeto, el aguacate y el coco.
Por el momento son los prótidos o albúminas los alimentos que más nos interesan, ya por su metabolismo y porque los defectos de la asimilación tienen numerosos caminos que conducen a diversos trastornos nosológicos que están hoy en día dentro de muy diversas especialidades y tratamientos.
Los prótidos están constituidos por los aminoácidos o ácidos aminados, que son cuerpos anfóteros que pueden ser ácidos o básicos según el potencial en hidrógeno del medio en que se encuentren. Tienen una disociación electrolítica muy débil. Su punto isoeléctrico, iónicamente neutro pero variable para cada caso está del lado de la acidez ligera, lo cual basta para explicar su penetración en el protoplasma en forma de iones para luego reconstruirse en moléculas íntegras al llegar a su punto isoeléctrico dentro del protoplasma.
Dentro del núcleo celular se encuentran los ácidos nucleares con características tanto físicas como fisicoquímicas y biológicas diferentes para cada especie vegetal o animal. Creemos que el ADN tiene un proceso metabolico propio y único que exige un huésped que pueda metabolizarlo o en caso contrario lo rechace como si se tratara de un “cuerpo extraño” para los cuales no se han encontrado emuntorios o sistemas especiales de eliminación. El organismo se encuentra entonces ante un alimento que no puede asimilar y que tampoco puede eliminarlo por caminos “naturales”, ni lugares donde almacenarlos normalmente.
Resumiendo lo expuesto diremos que el proceso de la combustión celular se divide en tres fases: la profaz, que incluye la penetración y la reconstrucción de los aminoácidos y el ADN; la Metafaz, el ciclo de utilización de los mismos, y la Anafaz, formada por los procesos de salida de los desechos de la combustión.