Caminos Metabólicos

Introducción

La alimentación es indispensable para el mantenimiento de la vida. La falta total de alimentos conduce indefectiblemente a la inanición y muerte. También el exceso de alimenticio conduce a enfermedades y a la disminución muy aparente de la calidad y duración de la vida.
La selección de los alimentos que consumimos está determinada por el gusto y la costumbre, más que por el conocimiento o por los beneficios que nos presten.
El apetito influye en la selección alimenticia y cuando viajamos a distintos países, e inclusive a diferentes regiones del mismo país, encontramos los llamados platos típicos que son variedades y mezclas locales.
Las diversas preparaciones alimenticias comerciales son preparadas según recetas chinas, hindúes italianas, españolas, peruanas, mexicanas, venezolanas, francesas, etc.etc. que no especifican claramente todos los componentes utilizados.
Es un hecho conocido que la cantidad de alimentos que ingerimos no está de acuerdo con las necesidades del cuerpo sino con los dictámenes del apetito y del gusto. Se presume que cuando no comemos algún alimento es siempre porque no nos gusta.
Cuando seleccionamos determinado nutriente, no siempre lo ingerimos solo, sino acompañados por uno o más componentes. Tomemos por ejemplo el café que se consume generalmente solo, sin embargo en numerosas ocasiones lo acompañamos con azúcar, leche, vainilla, pan, mantequilla, mermelada, etc.
En la mayoría de los alimentos que son vendidos en presentaciones comerciales empaquetadas, se mencionan los componentes principales y son extrañados los secundarios o se aluden a ellos con apelativos indefinidos como “emulsión de proteína”, “especias”, “jarabe de maíz”, etc. para ocultar la determinación verdadera y ocultar la fórmula “secreta”. Igual pasa con las carnes, frutas, el trigo o el gluten, (que no es otra cosa que la proteína del trigo).
Los condimentos que agregamos a los alimentos empiezan por la sal, el ajo, la cebolla, el perejil, pero hay más de 2000, que no se mencionan por considerarlos sin importancia, olvidando que dichas especies alimenticias tienen la propia proteína que entra a seguir su propio camino metabólico en el organismo.
La cantidad que consumimos es tanta como el hábito alimenticio de cada ser humano que va desde la desnutrición hasta la glotonería.
Todo, lo que consumimos lo sometemos a procesos digestivos y metabólicos muy precisos y medianamente conocido.
Hoy en día a todos llama la atención el aumento indetenible del sobrepeso y de la obesidad, inclusive desde los primeros años de la vida. Pero no siempre el que más come es el más gordo ya que todos tenemos diversos metabolismos.
Vamos a tratar de dar a conocer nuestras experiencias e investigaciones para mostrar la claridad que hemos encontrado en este “mare magnum” que constituye el problema de la nutrición humana.

Caminos Metabólicos

viernes, 23 de abril de 2010

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