jueves, 1 de abril de 2010

CÁNCER

Los frecuentes casos de Cáncer entre los familiares de los primeros pacientes estudiados por mi padre, José Gregorio Contreras Pocaterra (1895-1958), lo hizo iniciarse en los estudios de cáncer y así lo publicó en su obra, Combustión Celular, en Caracas-Venezuela en 1938.
A partir de esa fecha viajó a Colombia donde publicó la tercera y últimas edición, regresando a su país en 1953 donde falleció cinco años después de un infarto cardiaco el 13 de junio de 1958.
La segunda parte de su libro lo tituló “Combustión Endógena” y lo dedico a las relaciones del metabolismo con el Cáncer. Pensó que el cambio de la célula normal a la cancerosa se debía a procesos físico-químicos por lo cual analizó los conceptos de ósmosis, disociación, disolución, saturación, cristalización, sobresaturación y nidal cristalino. Este último estado del ADN es el que ocasionaría el cambio nuclear en la célula que es hasta ese momento es normal. Por el incremento del ADN alimenticio no metabolizable la célula tiende a buscar una solución diferente a la expulsión patológica del mismo. Buscar otra solución es acumularla dentro de un lugar apropiado en el interior del cuerpo que sería en una célula cancerosa. Esta célula se reproduce en otras de iguales características y al incrementarse forma el tumor maligno que termina por destruir al huésped.
Sabemos que en el momento de elaborar esta teoría no se conocían todos los avances actuales de la Genética, pero eran consideraciones lógicas y avanzadas aun hoy en día.
Queremos ahora establecer las bases de lo que ha constituido nuestros basamentos terapéuticos:
1. Estos procesos no tienen nada que ver con las afecciones microbianas o virales.
Las células cancerosas no producen anticuerpos, no establecen inmunidad, ni se propagan por epidemias.
2. La localización del tumor no tiene ninguna importancia en cuanto al factor etiológico.
Siempre el Cáncer es de origen alimenticio, y lo único que puede hacer variar en algo las medidas terapéuticas son debidas a las funciones propias del órgano afectado.
3. Los tumores malignos no son sino Síndromes del estado general canceroso.
La célula cancerosa no ataca al organismo enfermo, sino que es la defensa del mismo ante la presencia de una proteína no asimilable.
La tendencia a destruir la célula cancerosa como una agresión externa no es el mejor método para curar el Cáncer. Hay que evitar la proteína ingerida lo cual conduce a la desaparición del tumor maligno por inutilidad de su actividad.
4. El tumor canceroso es específico de cada especie animal pues se construye en base al propio ADN del huésped humano o animal y dentro del metabolismo propio de la especie.
5. Quedan explicadas las razones que hacen posible el cáncer infantil y del porque de su mayor frecuencia en los adultos, pues a medida del pasan los años se incrementan las dificultades metabólicas proteicas.
6. El tratamiento curativo debe instituirse precozmente, e inclusive antes de presentarse el tumor, pero presta beneficios en todos los periodos vitales ya que al retirar las causas del tumor se detiene su crecimiento y van desapareciendo las innecesarias células malignas sin utilizar ningún otro método agresivo o invasivo, aunque creemos que la extirpación quirúrgica de un tumor puede ser beneficiosa pues acorta el tiempo necesario para recuperación del paciente dentro del control nutricional.
Bajo estas bases iniciamos hace casi 50 años los tratamientos de los errores del metabolismo, cuyas historias clínicas divulgaremos próximamente en este mismo trabajo.

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Clearwater, Florida, United States
* Medico Cirujano graduado en la Universidad Central de Venezuela * Asistente extranjero en la Universidad de París, Francia * Radioterapia en la Universidad de Manchester, Inglaterra * Alergología(Dr. Hal Pern), Hospital de la Misericordia en Paris, Francia